Un cuento putrefacto
Pepín Bello compartió amistad con Buñuel, Lorca y Dalí, pero también con Alberti, Prados, Bergamín, Gerardo Diego, Salinas, Cernuda, Guillén, Villalón y tantos otros. Fue ágrafo, y de ahí su mito. Como había ocurrido siempre con los bohemios míticos por ágrafos, lo que sus amigos recuerdan de él es su capacidad verbal: juegos de palabras, parodias, "anaglifos" y, sobre todo, títulos ocurrentes de obras que nunca se escribieron.
El "cuento putrefacto" que aquí se publica fue dedicado a uno de sus sobrinos-nietos mucho después de aquellas aventuras, y representa un compendio magnífico de la "sustancia" -buitres, animales podridos y carroñas transportadas maliciosamente al deseo infantil y a la buena educación familiar- y del "tono" -una asombrosa levedad literaria- de Pepín Bello.
Manuel Flores ha sido quien ha puesto imágenes a este "cuento putrefacto" y, a la vez, el instigador y principal culpable de que esta historia se haya editado.
En 2008 Media Vaca publicó El paseo de Buster Keaton, un "diálogo tiernísimo" en palabras de su autor, Federico García Lorca, ilustrado también por Manuel Flores.
ISBN: 978-84-92607-38-9
72 págs. 21 x 15 cm Tapa dura
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